lunes, 26 de mayo de 2014

Cómo estudiar en el último momento

Todos sabemos que para hacer un examen debemos estar preparados bastante tiempo antes, leer tus apuntes con asiduidad y que la lección te la estudies al día.
Pero la realidad, es otra y no soy ni la primera, ni la única que estudia el día de antes del examen.

Así que para ese día, te planteo 7 pasos a seguir. Quizás no vaya a ser tu mejor examen, pero a veces un aprobado no está mal ¿verdad?





1. Haz una lista con lo más importante
Revisa tus apuntes, seguro que hay cosas que sabes que son más relevantes, o que el profesor hizo especial hincapié en ellas. Hazte una lista y prioriza temas.

2. Leete los resúmenes
Ya no te da tiempo a leerte todo el temario con atención, así que hazte con unos buenos resúmenes que te permitan un estudio fácil y efectivo. Si no tienes tuyos propios, siempre hay compañeros que te pueden prestar los suyos.

3. Apunta lo más relevante de cada tema
Una vez hayas leído los resúmenes, haz una pequeña lista con los puntos más importantes de cada tema.
Repite 5 veces todo lo que apuntaste. Se te quedará fácilmente en la cabeza.

4. Mirar exámenes anteriores
Consigue exámenes de la misma asignatura, que ya se hayan realizado y responde a las preguntas correctamente. Es muy, muy, muy posible que tu profesor repita alguna pregunta, si no la gran mayoría.

5. Hazte pruebas de memoria
Realízate preguntas sobre lo que estas estudiando y debes poder responderte. Los temas que ya  tengas claros, tachalos de la lista que hiciste al principio.

6. Haz pequeños descansos durante el estudio
Aunque sé que estas muy agobiado y que es tu última tarde de estudio, tomate un descanso para comerte un bocadillo o tomarte un té. Retomarás el estudio con más fuerza.

7. Dormir antes de un examen es esencial
Es muy importante el descanso previo a un examen. Es más aconsejable que te acuestes temprano y te levantes un rato antes a echar un vistazo a tus apuntes, que pasarte toda la noche en vela.



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martes, 20 de mayo de 2014

4 Formas creativas de aumentar tu atención a detalles

 ¿Te has dado cuenta que se te escapan muchos detalles de tu vida laboral y personal? Probablemente te frustras porque no eres capaz de hacer todo bien y retener los detalles.
Seguramente lo que te falla es la falta de atención a los detalles, es probable que estos datos solo se deslicen por tu mente. Pero no todo es negativo, es posible aumentar la atención a los detalles y que se retengan en tu mente. Desarrolla estas cuatro estrategias simples para asegurar un mayor nivel de atención.



1. Crea una lista 

Comienza con una lista de ‘check’. Una de las maneras más fáciles de asegurar que capturas los datos es ponerlos todos en una lista e ir tachando conforme vas realizando tus tareas. Cuando termines, vuelve a la lista de ‘checks’ para asegurarte que has conseguido todos los elementos.

La lista puede hacerse mentalmente, pero recomiendo que por sencilla que parezca, se haga a mano o uses aplicaciones de smartphones de creación de listas. El invertir tiempo en crearla hará que retengas mejor los datos. Si olvidas una serie de cosas que ocurren todas las semanas, lo más sencillo es que coloques la lista forma permanente en un lugar visible.


2. Ponte en la piel de otra persona

Imagina que tienes un nuevo proyecto que hacer. Seguramente creas que tienes todo lo que el trabajo requiere bajo control, pero normalmente, cuando acabas tu jefe siempre te señala cuatro o cinco cosas que has pasado por alto, ¿Cómo evitarlo?

Piensa en el proyecto desde el punto de tu jefe, si fueses él ¿qué estarías buscando? Debes de ser capaz de ver tu trabajo con objetividad. No pienses en él por un tiempo, vuelve a echarle un vistazo totalmente imparcial y considera si cumple todos los objetivos como si te lo entregasen a ti en mano.

También puedes idear una forma de organización visual de todos los proyectos, usando un tablón o post-it donde puedas identificar cada paso del proyecto y que no se te pase ninguno por alto.


3. Usa recursos mnemotécnicos para recordar ciertos detalles

Con esto me refiero a trucos de memorizar y aprender información que se ajusten a tus necesidades. Para algunas personas es de utilidad inventarse una palabra, frase tonta o poema corto con el que asocian en su cerebro alguna información.

Un recurso mnemotéctico muy común usado para memorizar largas listas, consiste es coger la primera letra de cada palabra de la lista y crear una palabra.

El uso de estrategias de mejora de la memoria puede ser de gran ayuda para recordar también detalles de su vida personal. ¿No eres capaz de recordar si a tu pareja le gusta el helado de fresa o de chocolate? Crea una frase divertida con su nombre y el sabor que le gusta.


4. Toma conciencia de tus tareas

Para las responsabilidades más habituales es buena idea recrear la importancia que tienen para ti, así será más fácil. Tan sencillo como recordar qué necesitas antes de salir a trabajar, ¿son todos los pasos importantes? ¿Has usado el desodorante y la crema?

Si necesitas preparar un discurso para presentar un tema en clase piensa, ¿qué es importante que sepan tus compañeros? ¿Tienes convicción en lo que cuentas? Creer en el tema del que debes hablar hace que sea más sencillo transmitir convicción.

Recordar detalles es un ejercicio que poco a poco se convertirá en un hábito. Este nuevo hábito se crea practicando estas cuatro técnicas repetidamente. La gente a tu alrededor se sentirá tranquilo porque confiará en que las cosas se van a terminar de manera adecuada.


¿Conoces alguna técnica más que sea de utilidad para ti?¿Te parece útil el contenido de este post?




Ideas y concepto de aquí


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viernes, 16 de mayo de 2014

14 Hábitos para ser el doble de productivo en el mismo tiempo

Dobla tu productividad añadiendo estos 14 hábitos a tu día


POR LA MAÑANA


1. Bebe agua 
Después de 8 horas durmiendo, tu cuerpo está deshidratado. Si bebes una gran cantidad de agua, poco a poco hidratarás tu cuerpo y comenzará el funcionamiento de tus órganos internos. Empezarás a sentir energía unos minutos después.

2. ¿Qué tengo qué hacer durante el día? 
Hacer esto significa aclarar tu mente, priorizar. Haciendo esto fijarás el camino a seguir y te sentirás más inspirado y motivado por conseguir tus metas.

3. Desayuna
Hagamos caso al dicho popular: "desayuna como un rey, come como un príncipe y cena como un pobre". 'Des-ayunar' es 'romper el ayuno', tener el estomago vacío no te va ayudar nada a hacer frente al día y a llevar a cabo los objetivos que tenías marcados.




4. Haz ejercicio
La gran mayoría de la población, se despierta con el tiempo justo para lavarse la cara, ponerse lo primero que pillan de ropa y adiós muy buenas. Si lees hábitos de personas exitosas, todas ellas hablan, que nada más despertarse hacen unos pequeños ejercicios que sirven para mejorar su salud y para mantener la mente clara durante el día. Si nop tienes tiempo de hacer una tabla, al menos estírate

5. Quierete
Dedícate unos minutos para mirarte en el espejo, y sonreír. Confía en ti mismo y debes decirte que puedes con todo lo que te propongas.




DURANTE EL DÍA


6. Priorizar
Las cosas que realmente importan van primero, lo que te vaya a dar un resultado, lo demás, si no es importante no lo hagas. La gente se pasa la vida perdiendo el tiempo y haciendo cosas que no sirven para nada. La vida es demasiado corta como para malgastar el tiempo.

7. Tomate un descanso
A medida que va pasando el día, vamos perdiendo la energía con la que nos habíamos despertado. Por eso, debes hacer las cosas más importantes por la mañana y cuando por la tarde tu cuerpo te pida parar, hazle caso, y luego volverás con más fuerza.



8. Cuidado con la tecnología
Perdemos un tiempo increíble con nuestros móviles y/u ordenadores (redes sociales, e-mail, whatsapp...) Debes saber qué tareas no te van a dar beneficios y descartalas. Si tienes mucho mono, prográmate algún rato del día y que esa sea tu forma de desconectar (no más de media hora)

9. Escuchar algo que te motive y que te enseñe
Pasamos mucho tiempo en el coche o viajando de un lugar a otro, os propongo que aprovechéis ese tiempo escuchando algo que os pueda servir.
Por ejemplo: mi novio tiene en el coche un cd para aprender inglés y de vez en cuando (habría que hacerlo más) nos lo ponemos y repetimos la lección.


POR LA NOCHE


10. Repetir ejercicios
Cuando haces ejercicio tomas oxigeno, lo que hace que tengas una mente más clara y aportar energía a tu cuerpo. Haciendo 15 minutos de jogging o incluso un simple paseo, te ayudará a quitar las tensiones del día y a relajarte.

11. Lee un poco
Se supone que deberíamos ser capaces de leernos 2 libros en un mes, y dentro de 2 años deberías haberte leído 48. Si le dedicas 30 minutos al día a leer, cumplirás los objetivos.



12. Medita
La meditación ayuda a calmar tu mente, doblar tu productividad, y al mismo tiempo, ayuda a activar la ley de atracción. Hay muchas formas de meditar, empieza poco a poco y conviértelo en un hábito.

13. Planifica el día siguiente
Apúnta en un papel lo que tienes que hacer, según prioridades o problemas a resolver. Un vez hecho esto, tu mente estará relajada y preparada para lo que viene mañana.

14. Duerme 
Nadie es productivo si se siente cansado. "El éxito no es un spring, es una maratón", por tanto descansa lo suficiente y llénate de fuerza.



Con estos pequeños cambios en tu vida, harás que tu tiempo parezca el doble, y por tanto, tendrás una vida larguísima!!!



Si quieres leer más sobre estos hábitos visita el artículo original


jueves, 8 de mayo de 2014

6 pasos para estudiar sin agotarte

Para la mayoría de nosotros estudiar nos resulta cuanto menos, divertido. Aunque a veces creamos que nos cuesta concentrarnos más que al resto no es así, la mayoría sufrimos problema de concentración por pequeño que sea. Para nosotros, este grupo de la sociedad que se despista con el pasar de una mosca, es muy importante atender en clase si queremos obtener mejores resultados con menos esfuerzos. Trata de prestar atención a lo que el profesor nos cuenta creándonos una historia en nuestra cabeza.

Os dejamos seis consejos que os ayudarán a estudiar duro sin perder el foco para cuando llegue ese momento tan temido en el que te quedes a solas con tus libros.



  1. Programarte adecuadamente

    No hagas un compromiso contigo mismo de que estudiarás en tu tiempo libre, eso normalmente no se cumple. Lo más probable es que nunca tengas tiempo libre para el estudio, así que busca el mejor momento del día para ti, y resérvalo para eso. Cuando más asocies ese momento del día al estudio, mayor será tu capacidad de concentración.
  2. Situación ideal

    Algunas personas estudian mejor escuchando cierto tipo de música, otros necesitan silencio absoluto lo que no les permite ni poder acudir a bibliotecas. Algunos toman café o té, se visten como si fuesen a salir a la calle para mantenerse despiertos, mientras otro grupo prefiere estar vestido con ropa cómoda para sentirse mejor, relajarse y así aumentar su capacidad de concentración.
    Nosotros recomendamos la opción de comodidad. Aunque te pegues un chute de cafeína o teína tarde o temprano te acabarás cansando y sus efectos desaparecerán. Si te pones cómodo y en la misma zona siempre es muy probable que te centres mejor, estas circunstancias harán que puedas atravesar largas sesiones de estudio con facilidad, ya que tu mente asociará las situaciones de manera inconsciente.
  3. Materiales

    Apuntes, hojas en sucio, libros, lápiz, papel, subrayadores, bolígrafos y algo para picar, todo en tu zona de estudio. Asegúrate que tienes todo lo que necesitas para unas intensas y productivas horas de estudio para que no tengas que levantarte e interrumpir tu sesión. Eso sólo conseguirá que te despistes y entres en un estado de desconcentración del que te será más complicado salir.
  4. Programa tus descansos

    Hasta la persona más estudiosa necesita tiempos de descanso después de mucho tiempo. Incluso la postura que adoptamos para estudiar puede ser mental y físicamente agotador. Ponte en el despertador o teléfono una alarma que te recuerde cada hora o cada dos que debes hacer un pequeño descanso. En él, levántate, estira, bebe agua, saluda a tu mascota o a tu familia… Asegúrate de que el descanso no es más de 5 minutos, podrías perder la concentración por completo. El objetivo de estos descansos es asegurarse de que no te quemas estudiando y puedes volver a la sesión renovado y listo para continuar.
  5. Estudiante activo

    Un aprendizaje activo, resulta mucho más efectivo que el pasivo. El activo implica la discusión y el análisis sobre los temas estudiados. Este estilo puede ayudar a entender y memorizar con mucha facilidad los temas. Considera la posibilidad de estudiar con alguien más y discutir sobre el material (una vez controles un poco tu capacidad de concentración) en lugar de sentarse en una silla y leer y leer. Variar un poco sus hábitos de estudio, como en este ejemplo, puede asegurar que el tiempo de estudio sea más largo y productivo (hacer lo mismo durante mucho tiempo también puede provocar que acabes quemado).
  6. Encuentra tu lugar de estudio

    Elige tu lugar de estudio en base a la capacidad de distracción que tengas. No elijas una cafetería como lugar de estudio si existe una alta probabilidad de que levantes la vista de los apuntes cada vez que pasa alguien por tu lado o alguien deja caer una cucharilla en el plato. Es muy importante también que sea fácil de llegar y sea físicamente cómodo, para que el hecho de ir allí, no suponga ya una traba para el comienzo de la sesión.
    ¡Ojo con la iluminación y los ruidos elevados! La iluminación es muy importante, para no cansar la vista rápidamente. 



 Y tú, ¿cómo estudias?


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martes, 6 de mayo de 2014

20 consejos para hablar bien en público


A muchas personas les cuesta mucho esfuerzo hablar con confianza en público, o incluso, no pueden hacerlo, pánico escénico. Una buena comunicación es clave para tener éxito, un líder debe saber comunicarse con confianza para que sus trabajadores lo admiren y confíen en el trabajo que están realizando.

La buena comunicación no sólo es necesaria cuando tienes que dar una conferencia, sino en cualquier ámbito, en las relaciones con amigos, en clase, realizando una exposición frente a tus compañeros, etc.



Aquí os dejamos unos sencillos pasos que os ayudarán mucho. Es importante que no te saltes ninguno, y si ves que no funciona, vuelve a intentarlo desde el primer paso con ganas, energía y sobre todo teniendo muy claro, que todos somos capaces de ello, y tú no vas a ser menos.


  1. Expresa tus con opiniones con convicción.
    Es muy importante que conozcas bien el tema que tienes que tratar, cuanto más conozcas sobre él, más seguro estarás de lo que hablas, y eso se refleja. Evita las expresiones dubitativas como: “creo que…”, “tal vez…” que sólo hará que los demás duden también sobre tus palabras.
  2. La importancia del contacto visual.
    Primero y más importante: es de buena educación, y segundo; te ayudará a escuchar con cuidado. Busca las caras que te transmitan confianza, y habla para ellos. Encontrar complices en tu discurso te servirá para transmitir tu mensaje con mayor claridad. Trata de mantener siempre la mirada hacia los ojos de esas personas. Sus expresiones podrán darte pistas de si estas siendo lo suficientemente claro con tu mensaje.
  3. Nadie es perfecto.
    La gente toma en serio tus opiniones cuando tienes confianza en ti mismo, es importante que creas que eres una persona increíble, que te recuerdes las metas a las que has conseguido llegar y cómo lo has hecho. Mírate al espejo y di como mínimo tres cosas positivas de tu persona. Si no te gusta hablar de ti mismo, deberás trabajar en aumentar tu confianza.
  4. Método para ser un buen orador.
    Para mejorar tus habilidades en la comunicación debes recordar la siguiente estrategia:
    Planificar tu discurso, practicar a solas, preparar cuestiones que te permitan participar con el público, pensar y hablar en términos positivos, hacer frente a los nervios y ver las grabaciones de los discursos para mejorar.
  5. Revisa el espacio.
    Es bueno llegar antes y conocer la zona dónde tendrás que hablar, practica con el uso del micrófono y fija algunos puntos visuales como: las dimensiones de la sala, hasta dónde llegará el público y dónde deberás mirar.

     
  6. Visualiza el éxito del discurso.
    Imagina tu voz, fuerte clara y segura y los aplausos del público al finalizar.
  7. Conocer el perfil del público.
    Este paso es importarte. Si puedes llegar a conocer parte del perfil de tu público, sabrás qué les interesa y qué no, y en qué partes del discurso deberás hacer mayor incapié.
  8. Seguridad en las expresiones.
    Debes cuidar el lenguaje corporal y tratar de tener una buena postura, no encorvarte, no jugar con las manos, no dar muchas vueltas, mirar siempre hacia el frente y no transmitir tensión con la postura del cuerpo.
  9. Conocer el tema.
    Escoge un tema que conozcas o te guste. Transmitirás el entusiasmo por ese tema, y cuanto más sepas, más convencido sonarás. Muchas personas tienen pánico a que les hagan preguntas que no podrán responder, si conoces tu tema de exposición, esto no pasará y no tendrás nada que temer.
  10. Tono de voz adecuado.
    No debes gritar, pero sí hablar lo suficientemente alto para que todos te escuchen, además, el tono de voz también es un signo de confianza.
  11. Amplía tu vocabulario.
    Cuanto más leas sobre el tema, más amplio será tu conocimiento respecto al vocabulario, te ayudará a hablar bien y corroborar que eres un experto.
  12. No tengas miedo de hacer una pausa.
    Una pausa está bien para ordenar tus pensamientos y pensar qué dirás a continuación. Las pausas verbales como “eh” son signos de que nuestra mente está funcionando, todos los grandes oradores las usan alguna vez, sólo hay que tratar de no usarlos con mucha frecuencia.
  13. Concisión. 
    Céntrate en lo que quieras decir, y no pongas ejemplos de más que confundan al público sobre la idea importante del mensaje. No repitas parte del mensaje.
  14. Repite al final del discurso los principales puntos.
    Esto es importante para que el público tenga claro las ideas principales y tu mensaje quede más definido.
  15. Usar ejemplos concretos.
    Para convencer a tu público es importante que presentes hechos fiables que corroboren tu mensaje, elige anécdotas, estadísticas o historias que le permita al público conocer mejor el tema.
  16. Encontrar una rutina para relajarse.
    Hacer frente al público te ayuda a vencer los nervios, trata de transformar la energía nerviosa en entusiasmo. Busca el truco que mejor funcione para ti, puede ser tomar una taza de té, beber agua cada 5 minutos… Algo que puedas hacer en tu día a día y también cuando hables en público, para que la situación sea más familiar.
  17. No te disculpes.
    Aunque te cueste hablar, no te disculpes, sigue adelante y las personas se olvidarán de tu error. Si te disculpas, te recreas más en los errores que en los aciertos.
  18. Céntrate en el mensaje.
    Si te centras menos en ti y más en el mensaje te sentirás como un simple mensajero y esto te aliviará mucho el nerviosismo.
  19. Experiencia.
    Debes saber representar tu discurso como experto y como persona. La experiencia genera confianza, así que esto es la clave para ser efectivo en tu discurso. Es una habilidad más que te ayudará en cualquier ámbito del día a día.
  20. Sonríe.
    Si el tema lo permite, trata de sonreír para transmitir alegría, interés y entusiasmo. Una sonrisa es un signo agradable, si sonríes a tu público y consigues que estos te devuelvan la sonrisa habrás creado un vínculo de complicidad que hará que la confianza en ti mismo aumente.


¿Tienes pánico a realizar una exposición o conferencia? ¿Lo has superado? ¿Qué trucos te ayudan a ti? Espero que puedas ayudarnos a completar esta lista con más pasos que nos ayuden a todos a mejorar y parecer confiados en nuestro discurso.

Si quieres conocer más pasos, ver artículo de referencia aquí.


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