martes, 18 de noviembre de 2014

6 Estrategias para crear nuevas ideas




Escribe con libertad
Coge una hoja de papel en blanco, el utensilio con el que más cómodo te sientas escribiendo (lápiz, bolígrafo, pluma...) y ponte el cronómetro, por ejemplo, con 15 minutos de tiempo.
En la parte de arriba de la página, pon como título el problema a resolver, por ejemplo, "Cómo hacer un vestido"
Di esas palabras en voz alta y lentamente, gesticulando. Pon en marcha el cronómetro y empieza a escribir todo lo que se te pase por la mente, olvídate de escribir bien, de si las palabras están mal dichas o si te faltan acentos, céntrate en la idea y escribe con libertad.

Cuando pare el tiempo, ¡para de escribir! y lee todo aquello que hayas escrito, la idea está escondida en tus palabras sueltas.


Asociación de palabras
Asociar palabras puede traer a tu mente grandes ideas. Empieza escribiendo 3 o 4 palabras relevantes para tu problema a resolver. Por ejemplo, de "cómo hacer un vestido" escribe "patrón" "tela" "medidas".
Vuelve a poner en marcha el cronómetro y escribe debajo de cada palabra lo que se te ocurra. Cuando acabe el tiempo relee tus ideas y piensa en ellas.
Seguro que hay un tesoro en cada una de ellas.


Dilo en voz alta
Si eres más de hablar que de escribir, vamos a hacer lo mismo pero diciendo tus ideas en alto.
Por lo que en vez de utilizar papel y lápiz, vamos a utilizar una grabadora y el mismo cronómetro de antes.
Empieza a hablar. Da igual que tus frases sean inconexas o sin sentido, simplemente, di todo aquello que se te pase por la cabeza.
A los 15 minutos para el tiempo y escúchate.


Ayúdate de un amigo
Si no conseguís encontrar ninguna respuesta a vuestros problemas, únete a un amigo y que te cuente su problema e intenta resolverlo tu desde tu punto de vista, y viceversa, que él te diga, en tu situación lo que haría. A veces, ante nuestros problemas, no vemos ninguna salida, pero siempre tenemos una solución para los otros.
Quizás la solución que te de no sea la más óptima, pero puede hacerte pensar al respecto.


Haz un mapa mental
Coge un trozo de papel, el más grande que puedas, pero siempre que puedas manejar tu sólo. Y ten a mano, revistas, dibujos, imágenes, tijeras y pegamento.
Pega en el centro del papel la imagen o palabras del problema que quieras resolver, y a continuación completa el papel con todos los recortes, imágenes, símbolos... que identifiquen el problema, y te ayuden a solucionarlo.


Si no encuentras el problema, duerme
A veces, lo mejor que puedes hacer para resolver un problema es dormir.
Durmiendo, permites al subconsciente trabajar en el problema que te preocupa en el "yo consciente" y que no puedes solucionar. Para hacer bien este trabajo, deberías tener una pequeña libreta y un bolígrafo justo debajo de la cama.
En cuanto te vayas a dormir, empieza a plantearte el problema (el momento de vigilia, es en el que mayor número de ideas se nos vienen a la cabeza) y proponte solucionar el problema que tienes en mente justo en el momento en que te vayas a despertar.
En el momento en que te despiertes y antes de mover un sólo músculo para levantarte, coge la libreta y apunta todo lo que recuerdes. Es importante hacerlo justo antes de poner los músculos en marcha, ya que cuando se activa nuestro cuerpo, se borran los recuerdos que hemos tenido mientras dormíamos.


Moraleja
La mayoría de veces, no encontramos soluciones a nuestros problemas, porque no nos preguntamos la respuesta de estos.
Así que cuestiónate el problema y piensa las soluciones, seguro que terminas encontrándolas.


Post inspirado en: 7 Strategies to help students generate creative ideas

miércoles, 5 de noviembre de 2014

Aprende un nuevo idioma: 6 trucos que te facilitarán el aprendizaje



Hacer del aprendizaje, un estilo de vida
Escoge palabras que sean fáciles de utilizar en tu día a día y que puedas meter en tus conversaciones diarias.

Ponte pequeñas metas
Sabemos que te gustaría sentarte y nada más ponerte en pie, tener pleno manejo del idioma estudiado. Pero como no va a ser así, debes simplificar el objetivo.
Todos los días debes ir poniéndote pequeñas metas y al superarlas sentirás que tu esfuerzo tiene recompensa. De esta forma, tendrás la motivación suficiente para ponerte en marcha todos los días, un poquito más. Por ejemplo, elige 30 palabras de un idioma, estúdialas, apréndetelas y utilízalas en tus conversaciones.

Utiliza este idioma en casa
Escuchando canciones, viendo la tele, y leyendo libros, por ejemplo, del idioma que estés aprendiendo, tu mente estará constantemente ejercitada y más preparada para utilizar el idioma. Cualquier oportunidad que tengas para practicar es buena idea, aunque te tengas que inventar un amigo imaginario extranjero, al que contarle lo que te sucedió hoy.

Deja que la tecnología te ayude
Con una pequeña modificación, como es la de cambiar el idioma de tu móvil, puede ayudarte a aprender nuevas palabras de inmediato.
Cambiar el idioma de tu ordenador, es sólo para los valientes.

Haz nuevos amigos
Interactuar con el idioma es la clave. Encuentra hablantes nativos en tu zona o busca amigos por mail extranjeros (o imaginarios extranjeros jeje) a los que contarle qué tal te fue el día y practiques tus 30 nuevas palabras.

No tengas miedo a cometer errores
Una de las barreras más comunes al practicar un idioma nuevo es el miedo a cometer errores. Pero no te preocupes, cualquier intento tuyo para comunicarte en otro idioma es una prueba de que lo estás intentando y te esfuerzas por aprender cada día un poco más.
Sé paciente. Cuanto más hables, más cerca estás de conseguir una fluidez similar a la nativa.

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